3B. USOS
3B1. Vivienda

Más allá de la dudosa certeza histórica de los doce bohíos que constituían el villorrio en el momento de la fundación, el 6 de agosto de 1538, este relato indica que las construcciones iniciales de la nueva ciudad, no pasaron de ser más que chozas, en el mejor de los casos rodeadas de empalizadas para protegerse de los indios. Las tres primeras huestes de conquistadores carecían de conocimientos relacionados con la construcción y debieron recurrir a la rudimentaria tecnología utilizada por los muiscas para levantar sus bohíos.

Al comenzar el siglo XVII la arquitectura residencial de Santafé presentaba progresos muy significativos, aunque persistían rasgos de rusticidad de los muros en bahareque, adobe y tapia pisada119. Gracias a la experiencia adquirida por ebanistas, canteros, mamposteros, entre otros, en las construcciones de iglesias y conventos, la arquitectura doméstica logró interesantes transformaciones y muchas viviendas engalanaron con ornato sofisticado sus fachadas.

Se puede considerar que, durante los primeros tres siglos de fundada Santafé, además de las poblaciones indígenas, no existieron sino dos estamentos sociales. Esta circunstancia marcó, desde los inicios de la vida urbana, una segregación espacial, como característica específica de la ciudad. De una parte, los más favorecidos por la fortuna120, que habitaban en casonas apropiadamente construidas, de una o dos plantas, localizadas en áreas centrales en barrios destinados a las clases económicas más pudientes, cuyo distintivo era el de estar cubiertas con teja cerámica.

De otro lado, los pobres siempre relegados a la periferia de la ciudad, hacinados en viviendas carentes de las mínimas condiciones de habitabilidad, techadas con cubiertas pajizas que poco protegían de las inclemencias propias de un clima como el de Santafé.

NOTAS AL PIE

119. Ibid., 204.

120. Eran los herederos de encomenderos, que tras una paulatina explotación de sus tierras derivaron mediana solvencia económica que les permitió el calificativo de ricos, bienestar que ocasionalmente se incrementaba con emolumentos por desempeño de cargos oficiales que se remuneraban según la categoría social del favorecido, en lo que participaban razones de abolengo proclamadas por las familias con ascendencia en los primeros conquistadores.

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